
TRUCO nº 1: Utilizar el desodorante después de salir de una ducha de agua caliente. El calor del cuerpo hará que la barra se deslice mejor y el producto se vaya deslizando como una crema en las axilas.
TRUCO nº 2: Usar un secador para calentar la punta del desodorante, de esta manera sucede como en el caso anterior, gracias al calor la barra desliza mejor y se va quedando en la piel como una crema.
TRUCO nº 3: Calentar el desodorante cerca de un radiador en uso antes de la aplicación. El efecto es el mismo que el mencionado anteriormente.
A pesar de que le he dado mucho uso no es mi producto eco-friendly preferido. No estoy seguro de si lo volvería a comprar. Tengo claro que no es apto para mi sudoración en verano, por lo que sin duda no lo volvería a coger en esta estación del año.
Quizás lo recomendaría a personas con poca sudoración, ya que el olor es super agradable (solo he probado el olor Provence). A mi me ha gustado mucho usarlo en invierno y sobre todo en el embarazo (que estamos más sensibles a los olores). Sin embargo, ahora que empieza de nuevo a hacer más calor vuelvo a notar que no es suficiente y que tengo que aplicarlo muchísimas veces en un mismo día, lo cual resulta bastante molesto.
Debo decir sin embargo que a pesar de tener que usarlo muy a menudo me ha durado bastante tiempo. Lo compré en Agosto del año pasado y aún me queda un poquito para terminar el mes.
Sin duda acabaré estos días lo que me queda de producto. Que además tiene un envase 100% sin plásticos, el tubo es de papel y tiene un diseño precioso. Es ideal ya que una vez termine de usarlo se puede tirar al contenedor de papel. No es una respuesta cien por cien Zero waste, pero es una alternativa al plástico estupenda.
Tengo ganas de probar otros desodorantes sobre todo algunos de producción local como los de Ambientea.
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